La vida no es el presente, es el pasado, la profundidad o la distancia. Cuando se mira hacia tras, produce el mismo vértigo de los precipicios, hacer una inmersión a donde todo comenzó, cuesta regresar al presente sino es por algún ruido que nos lo devuelve. Fantasmas que van y vienen a diferentes tiempos y lugares en una vida tan vulnerable y efímera, como las flores silvestres.
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